El infierno de Gabriel de Sylvain Reynard
Las cicatrices pueden sanar y podemos olvidarnos de ellas con el tiempo, pero son permanentes. Ni siquiera Jesús perdió sus cicatrices.
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El infierno de Gabriel de Sylvain Reynard
Las cicatrices pueden sanar y podemos olvidarnos de ellas con el tiempo, pero son permanentes. Ni siquiera Jesús perdió sus cicatrices.
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