Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
En los campamentos, donde mi hija pasó un verano, tenían miedo de tocarla. «Erizo de Chernóbil. Luciérnaga. Das luz por la noche», le decían. Al llegar la noche, la querían sacar a la calle para comprobar si daba o no luz.
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