La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Probablemente las frecuentes guerras y revoluciones nos han hecho desistir de cuidar el contacto con nuestro pasado, de tejer cuidadosamente la telaraña del linaje. De mirar atrás. De sentir orgullo. Nos apresurábamos a olvidar, a borrar las huellas, porque los testimonios guardados a menudo se convertían en pruebas que le costaban la vida a alguien. Nadie conoce nada más allá de sus abuelos, nadie busca sus raíces. Hacíamos Historia, pero vivíamos al día. Con memoria corta.
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