Érase una vez un corazón roto de Stephanie Garber
Amor a primer oído, solía decir su padre. Después, su madre le daba un beso en la mejilla y añadía: Para mí, fue simplemente amor desde el principio. A continuación, ambos se aseguraban de que Evangeline supiera que no todos los amores surgían de inmediato; algunos tardaban un tiempo en crecer, como las semillas, o eran como bulbos, latentes hasta que llegaba la estación apropiada. Pero Evangelina siempre había querido un amor inmediato; quería el amor de sus padres, el amor de las historias. |