Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Allí estaba yo, sentado sin hacer nada; a punto de caer en esa pasividad indolente que, como un narcótico , irradia todo auténtico café vienés.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Allí estaba yo, sentado sin hacer nada; a punto de caer en esa pasividad indolente que, como un narcótico , irradia todo auténtico café vienés.
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