Memorias de una salvaje de Srta. Bebi
“Tuvo que darse cuenta de que estaba sola. Y la coraza apareció, repentina, un buen día. Hasta que tuvo tal coraza que dejó de saber cómo era la persona que había debajo”.
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Memorias de una salvaje de Srta. Bebi
“Tuvo que darse cuenta de que estaba sola. Y la coraza apareció, repentina, un buen día. Hasta que tuvo tal coraza que dejó de saber cómo era la persona que había debajo”.
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