Memorias de una salvaje de Srta. Bebi
La asfixia, en todas sus vertientes - mecánica; psicológica; económica y social -, era la forma más efectiva de callar a una mujer que molestaba; de someterla; de ejercer el poder del brazo ejecutor; de matarla. Ellas habían decidido apropiar-se de su propia asfixia, utilizándola para darse fuerza y para desafiar silenciosamente a un sistema que las quería dejar sin ella. Que las necesitaba débiles, sumisas y al borde del desmayo crónico. Mucho más manejables y, por tanto, más útiles.
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