Alma de fuego de Sophie Jordan
Su mirada me encuentra. Él avanza hasta mi mesa y yo contengo la respiración, esperando que pase de largo. Solo que no lo hace. Se detiene, y el roce de sus zapatos en el suelo es como un largo arañazo por mi columna vertebral. Tan cerca veo unos ojos cuyo color no logro decidir. Verde, marrón, dorado…: si miro con demasiada intensidad, me pierdo, me mareo. |