No soy lectora de policiales y el hecho de que la novela comenzara con la noticia de un asesinato y el narrador fuera un detective me hizo pensar que me había equivocado en mi elección. Sin embargo, a medida que fui leyendo, me pareció interesante ver cómo se usaba la excusa de lo detectivesco para profundizar en los vínculos humanos, y más precisamente de los celos. Me pareció interesante que la historia incorporara el tema de la corrupción en torno al agua. El relato tiene un buen ritmo, es ágil, y por momentos divertido. El final tiene una vuelta de tuerca genial, es escueto en palabras, el narrador-protagonista ya ha tocado fondo y no tiene obviamente más ganas de darnos explicaciones, pero se dice lo suficiente para que el lector entienda lo que ha ocurrido y saque sus propias conclusiones sobre cómo se llegó hasta allí y lo que le espera al protagonista. Los comentarios sobre el tiempo, la memoria, los celos, el amor, la muerte y el fin del amor también generan un marco para la lectura. Excelente novela. Muy recomendable. + Leer más |