La sal de Sibila Freijo
El duelo es peor que la propia muerte, porque nosotros, precisamente, esa muerte sí tenemos que vivirla. Y si la nuestra es incomprensible para nosotros, quizás sea aún más inexplicable y aterrador perder a aquellos a quienes queremos. Una, porque les queremos, y otra, y no menos importante, porque nos dejan de querer a nosotros. |