La sal de Sibila Freijo
La infancia no es ninguna patria, es más bien un pueblo abandonado de la España vaciada, un asunto olvidado que parece tener relevancia solo mientras se vive. Después, es un periodo yermo que no sirve para mucho, ni siquiera para volver a él. Es el pellejo de una vida, el sedimento; solo importa el poso que deja, la semilla que dará lugar a una planta robusta o a un esqueje quebradizo. |