Quiere a ese perro de Sharon Creech
Y fue entonces que vimos al perro amarillo parado contra la jaula con las patas enroscadas en el alambre y con su larga lengua roja colgando fuera y sus grandes ojos negros un poco tristes y agi-gi-tando su larga cola como diciendo ¡A mí, a mí, a mí! ¡Escógeme a mí! |