Cada corazón, un umbral de Seanan McGuire
La dualidad de la palabra era como la dualidad de las puertas: cambiaban vidas y las destruían, todo con la misma y sencilla invitación: «Adelante»
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Cada corazón, un umbral de Seanan McGuire
La dualidad de la palabra era como la dualidad de las puertas: cambiaban vidas y las destruían, todo con la misma y sencilla invitación: «Adelante»
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