También llueve en verano de Sara Ballarín
Y aunque por empatía puedes hacerte una idea de lo que supone que tus padres no se acuerden de ti, cuando te sucede es mil veces más duro de lo que imaginas. Es dejar de tener raíces. Porque el árbol que ellos plantaron cuando iniciaron nuestra familia se esfuma sin que tú puedas hacer nada. |