Dónde estás, mundo bello de Sally Rooney
A veces imagino las relaciones humanas como algo blando, agua o arena, y que al verterlas en un recipiente concreto les damos forma. Así, la relación entre una madre y su hija se vierte en un recipiente etiquetado como «madre e hija» y adquiere los contornos del envase, y ahí dentro se queda, para bien o para mal. [...] Pero ¿cómo sería forjar una relación sin ninguna clase de forma preestablecida? Verter el agua y dejar que caiga, ya está. Supongo que no adoptaría ninguna forma, que se escurriría en todas direcciones.
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