La bruja del mar de SARAH HENNING
Y solo así, Iker confirma todo lo que siempre he sabido. Él podrá estar enfadado con Annamette, pero las mismas reglas se aplican conmigo. He querido permanecer ciega a la realidad durante todo este tiempo que hemos pasado juntos. Y, en cada oportunidad que tenido de alejarme, me he engañado a mí misma voluntariamente confiando en sus promesas y en sus sonrisas que me hacían cambiar de parecer. Pero lo más cruel es que él piense que yo debería aceptar algo así sin más, que por esa razón, las palabras salgan de su boca, como si lo que dice fuera cualquier cosa. El puede pedirme que baile, que navegue con el, que sea su… juguete. ¿ Y se supone que yo tengo que aceptarlo solo porque él tiene una responsabilidad, el tiene un deber? No |