Lobizona de Romina Garber
'Muy bien', dijo, mirándome con aprobación, como si estuviéramos en mitad de una lección ejemplar, 'pero te olvidaste de la mejor parte del cuento de hadas'. La miré desconcertada, preguntándome cuál era la mejor parte del cuento de hadas que, aparentemente, dejé fuera. 'El final, Manuela. Las princesas que no se rinden consiguen vivir felices para siempre'.
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