Luna de verano de Robyn Carr
—Apuesto a que Aiden no puede hacer esto —dijo Luke, pasando una mano por el gran vientre de su mujer—. Apuesto a que no puede hacer uno así. ¡Este niño va a salir medio criado! Shelby sacudió la cabeza y gimió: —Ay, Luke, qué gran consuelo eres para mí. No sé cómo pude resistirme tanto tiempo a tus encantos. |