Ylandra. Tiempo de revolución de Roberto Navarro Montes
Con el miedo a rastras, cruzó el umbral que la separaba de todos ellos y se dejó llevar, regalándose momentos inolvidables, perfectos, tan ordinarios como una cena en la que lo único que importaba eran las risas, las anécdotas y el amor. Pasó tan rápido como una estrella fugaz, pero emitió tanta luz como mil soles espléndidos encendidos y radiantes en un cielo rebosante de vida y color.
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