Postales del Este de Reyes Monforte
Si no saben cómo te llamas, no sabrán quién eres y mucho menos quién fuiste. Si mueres, nadie te echará de menos, nadie sabrá que no estás porque nadie pronunciará tu nombre. Con suerte, se acordarán de tu número, eso si no se lo entregan a otro preso, y entonces tú existencia se convertirá en un error administrativo. Así funciona esto.
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