El deseo de los accidentes de Rafael Caunedo
Después apagó la luz y se colocó mirando hacia el otro lado. Ambos, sin saberlo, aprovecharon la oscuridad para abrir los ojos y buscar respuestas. O hacerse nuevas preguntas.
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El deseo de los accidentes de Rafael Caunedo
Después apagó la luz y se colocó mirando hacia el otro lado. Ambos, sin saberlo, aprovecharon la oscuridad para abrir los ojos y buscar respuestas. O hacerse nuevas preguntas.
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