Dulces sueños, queridos niños de
Radu Pavel Gheo
¿Qué querían ser? ¿Qué puedes querer a los veintitrés años? Seguramente algo muy distinto a lo que llegarás a ser a los treinta, a los cuarenta, a los cincuenta. Las conversaciones serias -tan serias y resolutas- de la juventud que, vistas desde la distancia, recuerdas con nostalgia y regocijo, no significan nada. Porque luego te espabilas y aprendes qué es la vida. Solo entonces ves qué puedes llevar a cabo de todo aquello que soñabas en otra época: cualquier persona seria que haya conocido el éxito te dirá que tienes que renunciar a muchas cosas para obtener unas pocas y que hay que saber elegir sobre todo las renuncias.