Tierra de silencio de Rachel De Queiroz
El humo de la locomotora manchaba el cielo transparente en un remedo de nubes. A un lado y a otro, los árboles parecían de carbón sobre un lecho de ceniza. Y el tren, doblando una curva, silbando y rugiendo, era como una serpiente que huyera sobre el rescoldo ardiente de una hoguera.
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