Gravelotte-st. privat, 1870 de Philipp Elliot-Wright
Testimonio del espíritu del VI CE y del respeto que gozaba Canrobert es la acogida que las escasas unidades supervivientes del mismo dispensaron a su jefe la tarde del 18. Mucha gente dentro y fuera del ejército vio en la desesperada defensa de St. Privat, sin ayuda de su comandante en jefe, la manera en que el valiente sodado medio francés había sido abandonado y traicionado por los altos mandos del Segundo Imperio
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