Hombres, los odio de Pauline Harmange
Pues venga, yo me lanzo, lo admito: odio a los hombres. ¿De verdad?, ¿a todos sin excepción? Sí, a todos. Por norma, los tengo en muy baja estima. Y es curioso, porque aparentemente no tengo derecho a odiarlos. A fin de cuentas, he decidido casarme con uno de ellos y, hoy por hoy, me siento en la obligación de reconocer que lo quiero mucho.
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