Pinar, piscina, plenilunio de Patricia Rodríguez Martín
Las casas de verano son islas separadas que poseen sus propios métodos de comunicación entre sí: contra ventanas cerradas o abiertas , coches aparcados a la entrada, ropa tendida o cuerdas vacías. Señales de que sus propietarios están presentes o ausentes, dispuestos o retirados. Tampoco disponen de buzones pues el servicio de correos no llega hasta aquí pero todas, sin excepción, están dotadas de un pararrayos.
|