Las niñas que soñaban con ser vistas de Pablo Rivero
Ese dolor le acompañaría toda la vida y, aunque con el tiempo pareciera quedarse en el olvido, cuando menos se lo esperara volvería con la misma intensidad que en ese preciso momento. Porque la ausencia de un ser querido y el no haber podido despedirte de él es lo peor que le puede pasar a una persona. |