La llave tridente de Pablo Olazarán Santesteban
Lo malo es que esto es auténtico. Desde fuera puede que se vea muy emocionante, pero cuando la realidad supera la ficción y una lo sufre en sus propias carnes, la emoción pasa a un segundo plano y son la fatiga y el miedo los que te golpean incesantemente como un grifo mal cerrado. Y yo no sé ni de fontanería ni de boxeo.
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