Odas a la comida y otros placeres elementales de Pablo Neruda
Polvo del mar, la lengua de ti recibe un beso de la noche marina: el gusto funde en cada sazonado manjar tu oceanía y así la mínima, la minúscula ola del salero nos enseña no sólo su doméstica blancura, sino el sabor central del infinito. — Oda a la sal |