Salomé de Oscar Wilde
Salomé, Salomé, bailad para mí. Os suplico que bailéis para mí. Estoy triste esta noche. Sí, estoy muy triste esta noche. Al llegar aquí, he resbalado en la sangre, y eso es de muy mal augurio. Y he oído, estoy seguro de que he oído, un batir de alas en el aire, un gigantesco batir de alas. No sé qué significa todo esto... Estoy triste esta noche. Bailad, pues, para mí. Bailad para mí, Salomé, os lo ruego. Si bailáis para mí, podréis pedirme cuanto queráis y os lo concederé. Sí, bailad para mí, Salomé, y os daré lo que me pidáis, aunque sea la mitad de mi reino. |