Salomé de Oscar Wilde
Bien está que cambie el agua en vino, que sane a los leprosos y dé vista a los ciegos..., todo eso puede hacerlo, si le place. No me opongo: es más, hasta me parece una buena obra curar a los enfermos; pero no le permito resucita a los muertos. ¡Sería terrible que los muertos volviesen a este mundo! |