El Abanico de Lady Windermere de Oscar Wilde
Oh! En la actualidad, hay tanta gente en sociedad que pretende ser buena, que me parece casi una prueba de grata y modesta disposición pretender ser malo. Además, es preciso confesarlo. Si pretende uno ser bueno, el mundo le toma a uno muy en serio. Y si pretende ser malo, sucede lo contrario. Tal es la asombrosa estupidez del optimismo.
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