Oliver Rolin inspirado en las cartas que Aléxei Feodósievech envío a su esposa e hija desde el GULAG donde estuvo encarcelado, hace un dibujo de la vida de, como Aléxei muchos otros rusos sufrieron a manos del sistema comunista de Stalin.
Nos hace una muy certera radiografía de lo que se vivía en esa época y tomando como ejemplo a este personaje que era un hombre dedicado a su trabajo, alejado de la política hasta donde le era posible, pero que trabajaba para el partido y para el gobierno y que fue, como muchos otros, acusado injustificadamente de traición, sin juicio y sin pruebas fue detenido y enviado a morir a los campos de concentración.
Al final, como digo, no es mas que una manera de exponer las injusticias llevadas a cabo en ese país no solo en esa época si no durante muchos años, injusticias, asesinatos y todo eso que se vivió durante el terror soviético.
El libro en toda su mayor parte nos narra las cartas enviadas por este hombre a su mujer que además tenían dibujos hechos para su hija, que en ese entonces tenía 4 años de edad, pero además de conocer a través de esta correspondencia a Aléxei, su sufrimiento, la manera en que vivía, pasaba los días encarcelado y su dolorosa esperanza en que algún día se le haría justicia, Rolin nos va comentando el ambiente político y social que había en ese momento mas allá de eso, es un libro interesante para quienes estén interesados en el tema, pero que no cuenta nada diferente a lo que se ha dicho en otros libros y que tocan este mismo tema, tal vez un poco mas sentido porque se nota que el escritor se sintió particularmente conmovido por esta historia epistolar.
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