Legado mágico de Nora Roberts
(…) Por muy lejos que me fuera, a veces te oía tocar como si estuvieras a mi lado. Le partía el corazón. —Nunca me lo habías dicho. Él se limitó a encogerse de hombros. —Tu música me trajo a casa más de una vez. Igual tenía que ser así. (…). |