No lo llames amor de Noelia Amarillo
—¡Oh, Dios mío! ¡Tienes un bicho en los pantalones! —Eva abrió los ojos espantada. —¿Dónde? —Adán miró sus piernas, allí no había nada. —Justo en la entrepierna. Lo he visto saltar, abultándote el pantalón —señaló ella. Él alzó la mirada, comprendiendo al fin a qué se refería. —No tengo ningún bicho en los vaqueros —afirmó enarcando una ceja. —Oh, vaya. Entonces es... —Eva abrió la boca del todo, asombrada. Él asintió orgulloso. Lo cierto era que no estaba mal dotado. —Claro, por eso no llevas calcetines..., los has usado todos para metértelos en el paquete y aparentar tener más. Mal, muy mal. |