No lo llames amor de Noelia Amarillo
Mi comunidad tiene el regusto de ese odio clásico que los literatos y los cineastas llevan años retratando en sus obras. Somos los Capuletos y los Montescos del Madrid castizo, los Sharks y los Jets del siglo XXI. Sólo que en nuestro caso hay más mala leche que drama; por algo somos madrileños y el sarcasmo y la chulería nos sale por los poros.
|