El junco rebelde de Nina Berberova
De vez en cuando toda persona vive sin control, en libertad y en privado, solo o con alguien, ya sea durante una hora al día, una tarde a la semana, o un día al mes. Y vive para esa vida secreta y libre desde una tarde (o día) hasta la otra: esas horas existen de forma continuada. Estas horas complementan su vida visible, salvo que posean un significado propio. Pueden ser una alegría, una necesidad o una costumbre, pero son indispensables para delimitar la "línea general" de la vida. Quien no haya ejercido este derecho, o se haya visto privado de él por circunstancias externas, un día descubrirá con asombro que nunca se ha encontrado a sí mismo. No se puede pensar en esto sin melancolía. Me dan pena las personas que, excepto en el cuarto de baño, nunca están solas. |