El junco rebelde

Otro pequeño placer ideal para descubrir la literatura rusa y esta vez de una mujer. Un relato que en tan sólo 80 páginas logra transmitir mucho, que parece que deba ser sólo una historia romántica pero es mucho más, porque tratándose de un libro de esta colección siempre nos esperan sorpresas.

La historia empieza en 1939, son los inicios de la segunda guerra mundial y la invasión de Polonia por parte de los alemanes sorprende a Olga y Einar, que bajo el cielo parisino planifican un futuro lleno de amor y promesas por cumplir.

Einar decide volver a Estocolmo y espera poder reencontrarse pronto con Olga, exiliada rusa que se queda en París para cuidar a su tío. Ninguno de los dos imaginan la magnitud de este momento histórico. Y tendrán que pasar siete años hasta que el reencuentro sea posible. Durante todo este tiempo ella no dejará de pensar en Einar ni un solo día. Pero después de tanto tiempo, ¿se puede volver a empezar como si nada hubiera pasado? ¿Sobrevivirá ese amor?

Escrito en primera persona, Olga nos hará partícipes de sus pensamientos y emociones, que darán la fuerza de un personaje muy bien construido. La veremos crecer a nivel personal. La soledad, la añoranza y el aislamiento marcarán los días de guerra. Un golpe de realidad la llevará hacia el autoconocimiento. Y para terminar nos regalará una reflexión sobre la "no man's land" (tierra de nadie), entendido como el espacio interior al que sólo tienen cabida los propios pensamientos donde nadie puede acceder, un espacio de libertad en tiempo de opresión, un sitio donde descubrir el amor propio.

Esta autora ha sido un gran descubrimiento, para disfrutar de un relato inteligente con una escritura descriptiva, delicada y contenida, llena de sutileza, que hay que leer con atención para que no se nos escape ningún detalle.

Todo apuntaba a que esto iba a ser una típica historia de amor. En 1939, tras la invasión de Polonia, una pareja de enamorados se ven obligados a separarse, aunque tienen la esperanza de que la guerra no dure mucho y se prometen volver a reencontrarse pronto. Así comienza esta historia pero yo sabía, por experiencia, que los "pequeños placeres" siempre aportan algo especial y diferente. Sí, podría decirse que es una historia de amor, pero te aseguro que no como la esperas.

Normalmente no me gusta contar mucho acerca de la trama y menos aún lo haré esta vez porque el libro no llega a las 90 páginas, pero es que... qué 90 páginas, no necesita más. La narración y ambientación son cautivadoras, y la protagonista me ha ganado totalmente. Sobre ella está todo el peso de la historia, es un personaje muy bien construido y es ella quien nos lleva de la mano a través de su impresionante evolución personal a lo largo del tiempo. Sus pensamientos y reflexiones me han encantado, la forma de expresarlos, las dudas, la incertidumbre, la esperanza, los deseos, las decepciones y sus decisiones. He subrayado muchas frases y eso siempre es muy buena señal, lo releeré seguro.

Reconozco que el giro que da la historia me sorprendió mucho, no era para nada lo que esperaba, pero según pasaban los días y pensaba en todo lo que había leído me iba gustando más y más. No conocía a Nina Berbérova y ha sido un descubrimiento, como siempre estos libritos me sirven para tener un primer acercamiento a autores que no conozco y que tienen mucho que decir. Además siempre que se habla de literatura rusa se cita más o menos a los mismos escritores, creo que nunca había escuchado el nombre de ninguna mujer, así que doble hallazgo para mí.
Muy fan de la selección de esta colección.

Adoro los libros pequeños que ofrecen grandes dosis de disfrute en forma de buenas historias. “El junco rebelde”, de Nina Berbérova, es uno de estos libros que atrapan y te transportan a otras épocas, a lugares en los que se respira a la perfección el ambiente, en este caso, tan nostálgico y tan real que quiere crear la autora.

Esta es una historia de amor de esas en las que este no está para nada idealizado, de un amor vivido y sufrido en el contexto de una guerra, la Segunda Mundial, un amor que se vive en la distancia y que se mantiene así, vivo, a pesar de todo.

En estas escasas noventa páginas seremos testigos del crecimiento personal de Olga, de su evolución como mujer, como persona y como amante. Un camino de autoconocimiento y de búsqueda de libertad, de aprendizaje vital y de amor propio, en el que se hace patente la certeza de que, para ser respetado o incluso querido, lo primero es empezar por respetarse o quererse a uno mismo.

Me gustaría deciros muchas más cosas sobre este pequeño placer, sobre esta historia que es reflejo de la vida de la propia autora, de estos fantásticos personajes que, más allá de la protagonista, forman el elenco ideal para dar cuerpo a esta breve pero intensa historia.

Y si la historia de por sí ya es buena, la prosa de la autora lo es más; adoro conocer nuevas escritoras, sobre todo si son tan buenas como lo es Nina.

Qué bien sienta darse el lujo de “ingerir” uno de estos jugosos bocaditos de vez en cuando, qué gusto para la mente y para los sentidos. Qué pequeño gran placer.

Con una prosa exquisita la autora nos cuenta la historia de dos amantes (Olga y Einar) que se ven separados por las circunstancias, a las que hay que añadir una guerra.
En el marco de la Segunda Guerra Mundial, sin entrar en detalles históricos ya conocidos, y con París de telón de fondo, la protagonista, una exiliada rusa, quiere encontrar su sitio tanto en la ciudad como en el corazón de su amante EInar.
La separación la hace consciente de que realmente lo ama, y vive obsesionada con él, obsesión creciente por la correspondencia que mantienen, hasta que esta comunicación se rompe, y a partir de aquí empieza el deambular de Olga, un abrupto golpe contra la realidad, que finalmente le hará encontrarse a sí misma.
La muerte de una vieja gloria literaria a cargo de Olga desencadenará los acontecimientos que la harán una nueva persona.
Me ha encantado esta historia de amor, desamor y realidad, aprender un nuevo concepto: el  "no man's land" algo que creo que todos tenemos o deberíamos de tener para no enloquecer.
Estos pequeños placeres siempre aportan algo, llegas a la última página con la convicción de que eres un poco más sabía.
Gracias por leerme.

1939. París, inicio de la 2a Guerra Mundial. Einar vuelve a Estocolmo y Olga se queda en París, muy enamorada, y con promesas de reencuentro en un futuro incierto.
La historia está narrada en primera persona por Olga y está dividida en 4 capítulos que muestran cómo evoluciona su historia de amor.
No sé muy bien cómo hablar de ello sin contar más de la cuenta. Así que me limitaré a decir que me ha gustado mucho, que me ha parecido precioso y que no entra dentro del romanticismo común. de hecho, diría que más que una historia de amor, es su historia de amor, cómo la vive ella, cómo la hace sentir y qué espera. Sin embargo, no es sólo eso. También, nos explica a qué se dedica y cómo es su día a día con su tío científico en una ciudad en guerra.
Es un libro que comienza triste, melancólico, apagado y monocromático, y que va ganando color a medida que la protagonista se va haciendo señora de sí misma hasta llegar a un final inesperado.
A lo largo del libro Olga comenta que Einar le dice que seguro que hay un poema ruso adecuado a cada situación que viven.
No sé si es así, pero mientras lo leía me ha recordado a la delicadeza rusa, si es que eso es algo.