La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
Seguramente hará falta mucho tiempo, buena fe y esfuerzo hasta que llegue el día en que nadie sea extraño para nadie, y en que nadie sea extrangero en ningún sitio.
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La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
Seguramente hará falta mucho tiempo, buena fe y esfuerzo hasta que llegue el día en que nadie sea extraño para nadie, y en que nadie sea extrangero en ningún sitio.
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La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
Negaban el lugar, aunque su negación no evocaba el ascetismo del místico ni la visión del reformador, sino la evasión del consumidor de opio.
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La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
Se parecía mucho a su abuelo antes de que la edad, la bebida y el éxito dejaran su cabeza sin rizos, aumentaran su papada y redondearan su cintura.
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La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
Y el mundo se esforzaba por salvarlo ahora como se había esforzado por salvarlo durante toda su vida. Los monjes se levantaban en la noche gélida para rendir culto, pues él había rezado muy poco. Respetaban el silencio porque él había parloteado sin sustancia. Esclavizaban su carne porque él se había dejado esclavizar por la suya. Las monjas ayunaban (para expiar su gula) y eran castas (para expiar su lujuria) y se humillaban (para expiar su orgullo). Pues la solidaridad humana es tal que dondequiera que uno falle los otros pueden compensar su falta, y la virtud de un solo miembro alimenta a todo el cuerpo.
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La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
Es tal la vanidad humana que, incluso al acecharnos la muerte, cuando cabe pensar que abandonaríamos por fin la sarta incoherente de poses que llamamos "yo", seguimos más preocupados por el juicio del mundo que por el cielo, e insistimos, ya sea en el patíbulo público o en el lecho privado, en representar nuestra vida como un actor ante un público impresionable.
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La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
- Creo que es para recordarnos que hubo un tiempo en que las mujeres eran diosas y nosotros sus esclavos. - Pero estoy segura de que siempre hubo reyes, ¿no? - Pues no. La reina vino antes que el rey, la sacerdotisa antes que el sacerdote, y la luna antes que el sol. - ¿La luna? - La patrona de las mujeres. |
La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
Era el tiempo en que todos nuestros jóvenes iban a Europa y traían consigo, no la época de la reina Victoria, sino la de Lord Byron.
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La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
Corrió a la ventana y abrió los postigos de par en par, y la belleza de la noche lo sorprendió como un embate. Era mayo, era verano, y él era joven - !Joven! - y estaba locamente enamorado. Una felicidad tan grande brotaba de su interior que los ojos se le empañaron de lágrimas.
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La mujer con dos ombligos de Nick Joaquín
La raíz del mal parece estar siempre en el dinero, o en su falta, o en el poder, o en la clase o posición social, o en las leyes, o en su ausencia; pero nunca en uno mismo.
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Gregorio Samsa es un ...