American gods de Neil Gaiman
Aquel frío no era normal; era de ciencia ficción. Era una historia ambientada en la cara oculta de Mercurio, de la época en que se pensaba que Mercurio tenía una cara oculta. Se encontraba en algún lugar del rocoso Plutón, donde el sol no es más que otra estrella, si acaso un poco más brillante que las demás. Aquel sitio, pensó Sombra, era casi idéntico a uno de esos lugares en los que el aire se trae en cubos y se sirve como si fuera cerveza.
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