Balas para todas de Natalia Sancha
En cuanto a los heridos, más numerosos, generalmente lo eran de metralla o bala, un riego a correr. Pero en la aureola romántica que rodea a la figura del corresponsal de guerra no cabía pensar que las cicatrices podían ser zurcidas por balas invisibles, en la mente, en el alma, heridas que no para pocos han sido mortales, llevados al suicidio, ahogados por el alcohol o la depresión.
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