Cuentos rusos y otros textos de Nadia Smirnova
No me molesta pensar... pero vivir -¡no gracias! Ya he vivido unos diez años y sé cuál es el valor de la vida: después de los veinticinco no es más que una progresiva pérdida de fuerzas, de deseos, de imaginación..., de todo lo mejor, de todo aquello que contiene esa misma esencia en la vida. Estás creado para algo y estás obligado a hacer algo.
|