Adiós, pequeño de Máximo Huerta
Supongo que mi padre se arrepintió, como debió de arrepentirse de todo toda la vida. Pero era terco, con esa tozudez del que no cede por que cree que es menos hombre, como se decía entonces. Y fue de esos que comprendieron, herencias recibidas, que tenerle miedo al padre era igual que respetarlo. |