Todos los veranos del mundo de Mónica Gutiérrez No deberíamos magnificar los recuerdos que tenemos de aquellos que ya no están porque corremos el riesgo de engañarnos hasta pensar que solo fuimos felices, que solo aquellas personas nos amaban, nos comprendían u nos hacían sentir bien. Porque no es cierto. Tú y yo tenemos la suerte de que haya un montón de personas que nos quieren y se preocupan por nosotras, y que todavía están aquí. En estos días he entendido que el abuelo no era mejor ni me quería más. Simplemente había mitificado su ausencia y su recuerdo. Y ha sido aquí, en su casa, en sus paisajes, donde he empezado a comprender que nos sentimos tan solos como ciegos nos empeñemos en estar. |