Todos los veranos del mundo de Mónica Gutiérrez
En Serralles el ritmo de la vida se ralentiza y se ennoblece, la luz se vuelve dorada y nuestros vecinos devienen amigos con los que salir a tomar un helado o sentarse en las terrazas de los soportales con un bocadillo de beicon y queso caliente y una cerveza fría.
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