Destiny: Escucha mi voz de Mónica García
Lucharía a su lado, sería su compañero de guerra y dejaría que extendiera las alas y volara bien alto. El cielo era el límite.
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Destiny: Escucha mi voz de Mónica García
Lucharía a su lado, sería su compañero de guerra y dejaría que extendiera las alas y volara bien alto. El cielo era el límite.
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Política sin anestesia de Mónica García
En política, sin embargo, es dificilísimo salir de los anquilosados marcos establecidos y es casi imposible innovar, investigar y avanzar. Los tratados de medicina se han ido adaptando al conocimiento, a la innovación e incluso al contexto social, y algunos han llegado a reconocer los sesgos de género que han invisibilizado a las mujeres durante décadas, relegándolas a un segundo plano tanto en los diagnósticos como en los tratamientos. Las leyes también han ido acompasándose con los cambios de la sociedad, pero con ritmo más lento, a veces incluso a contramano del sentir social y con frecuencia con pies o evidencia de barro.
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Política sin anestesia de Mónica García
Quien crea que su éxito o su liderazgo es fruto solo de su propio mérito, o bien está borracho de ego, o bien el cuento de la meritocracia ha dañado más cabecitas de las que nos imaginábamos. Nadie es nada sin los otros, sin los que nos precedieron, los que nos ayudaron, los que se desvelaron con nosotros, los que nos enseñaron o los que escribieron antes lo que ahora estamos tratando de contar.
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Política sin anestesia de Mónica García
Uno de los silencios más estremecedores era el que se vivía en el hospital. Pese a la saturación y el colapso, pese al ajetreo de pacientes y el ir y venir del personal sanitario, reinaba un extraño silencio en los pasillos, en las plantas y en los lugares de encuentro habituales. Ruidos de camas, de buscas sonando, del roce de los EPI al caminar, de monitores lejanos que marcaban el pulso como un diapasón, de ascensores que subían y bajaban, de alguna bebida cayendo de una máquina de vending dejando su eco en la lejanía, pero poco más. Los pasillos vacíos y las habitaciones con los pacientes sin compañía escenificaban el silencio. La soledad de tantos pacientes graves era sobrecogedora, y esa imagen nos ha marcado para el resto de nuestras vidas
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Lolita...