Tut and Carter de Miquel Arguimbau Latorre
De manera espontánea, todos los presentes lanzaban gritos de alegría; los obreros se abrazaban entre ellos, zarandean amistosamente a Amin mientras los colaboradores más directos de Howard Carter se felicitan entre sí, ríen y se les ilumina el rostro de tal modo que parece que el mismo dios Ra participa de aquel instante lanzando sus últimos rayos del día sobre aquel lugar que ha permanecido en la oscuridad a lo largo de milenios.
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