Nacida libre de Minerva Piquero
Todos nacemos felices. Por el camino, se nos ensucia la vida, pero podemos limpiarla. La felicidad no es exuberante ni bulliciosa, como el placer o la alegría. La felicidad es silenciosa, tranquila, suave, es un estado interno de satisfacción que empieza por amarse a uno mismo.
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