Un amor por Navidad de Minerva Hall
Quizá no hubiera tomado en consideración todos los beneficios que podía obtener de aquella misión. Eliza le calentaba la sangre como ninguna otra mujer había hecho antes, estaba confusa y perdida, sola en un mundo cruel, ansiosa de un poco de calor humano... ¿Humano? Sonrió siniestro, un elfo era mil veces mejor para calentarse bajo las mantas o encima de ellas. —Prepárate, Protegida, la misión acaba de empezar. Sonrió y la alcanzó antes de que ella tuviera posibilidad de escabullirse de él. La cosa empezaba a marchar muy bien. Vivir sin magia no era tan malo como hubiera pensado al principio, por ahora disfrutaría de esta realidad. |