Un ós anomenat Paddington de Michael Bond
-Por cierto -dijo el señor Brown-, ahora que lo pienso, ¿dónde está Paddington? No debe estar aún en su habitación, ¿verdad? Judy levantó la mirada del escritorio donde buscaba papel de carta. -Oh, no le pasa nada, se está dando un baño. -¿Se está dando un baño? -el rostro de la señora Brown adquirió una expresión de preocupación-. Es bastante pequeño como para bañarse solo. -No sufras, Mary -dijo el señor Brown poniéndose cómodo en la butaca con un periódico en la mano-. Se lo debe estar pasando pipa. El señor Brown tenia bastante razón cuando dijo que Paddington se lo debia estar pasando pipa. Lamentablemente no era exactamente como él lo imaginava. Felizmente ignorante que en el piso de abajo se estaba decidiendo su futuro, Paddington estaba sentado en el suelo en mitad de la sala de baño y dibujaba un mapa de América del Sur con un tubo de crema de afeitar del señor Brown.
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